dimarts, 26 de juliol del 2011

El canvi en un mateix com instrument de canvi

[Ö] Si el canvi comença a partir d’un mateix llavors l’eina és un mateix. Un mateix com a eina de la seva pròpia intervenció comporta un treball personal, amb un mateix, paral·lel al treball amb l’altre. Entenent per l’altre l’objecte, en aquest cas subjecte, de la nostra intervenció: una persona, una parella, una família, un grup, un col·lectiu, una comunitat,…

“La tarea más desalentadora a que se enfrentan los porfesionales actuales está a un nivel mucho más profundo y perturbador que la necesidad evidente de hacer frente a los retos del aquí y ahora. La mayor parte de los profesionales, preocupados por la estabilidad y las formas obvias de control, no están teniendo suficientemente en cuenta la dinámica del cambio. El verdadero reto, por tanto, está en elaborar un marco de referencia más apropiado para comprender la inestabilidad de la dinámica del cambio y en diseñar acciones creativas. Son los modelos mentales que despliegan los profesionales, no sus herramientas o técnicas, lo que determina su capacidad para enfrentarse a lo desconocido”. (1)


“Debido a que no concebimos explícitamente el proceso de cambio como un sistema dinámico de retroalimentación que genera un comportamiento complejo e inestable, no conseguimos indentificar los criterios de acción que hacen posible el mantenimiento del cambio. En definitiva, necesitamos una nueva mentalidad.” (1)

Algunas consideraciones sobre la nueva mentalidad (2): 
  • ocupémonos del proceso para que el otro se ocupe del contenido, 
  • no intentemos comprender, son ellos los que deben comprender; además comprender no es resolver, 
  • no nos limitemos solamente a recoger información, hagamos circular la información pertinente: la que proviene del otro para retornar a él, 
  • no sigáis ninguna pista: os arriesgáis a dejar de lado aquellas que aparecen y que permitirán el cambio, 
  • preguntad cosas sin necesidad de que deban tener sentido para vosotros: probablemente lo tendrá para ellos, 
  • rechazad cualquier descalificación, reprobación o juicio: tampoco ellos os descalificaran, 
  • desconficad de vuestras hipótesis: no es garantia para llegar a la explicación de su situación, sinó más bién de lo que creeis que es su situación, 
  • pedidles ayuda cuando ya no sepais qué hacer: una mirada circular os indicará como necesitan ser ayudados y qué ayuda podeis ofercerles, 
  • la única persona que vosotros podeis cambiar, sois vosotros mismos: empezad por ahí y qüestionaros sobre la dirección y efectividad de vuestra intervenció, 
  • todo lo que precede está sometido a la regla de la honestidad: no digáis, no hagáis, ni preguntéis nada que no podáis confesar.

Algunos interrogantes para la nueva mentalidad (1): 
  • ¿Qué tipo de modelo de intervención profesional necesitamos para ser efectivos en las condiciones actuales, evidentemente inestables? 
  • ¿Qué debemos hacer para generar continuamente creatividad e innovación en nuestra praxis profesional? 
  • ¿Qué es el pensamiento estratégico y cómo lo aplicamos en circunstancias irregulares y conflictivas? 
  • ¿Cómo establecemos una orientación e intención estratégica cuando el futuro es imposible de conocer? 
  • ¿Cómo mantenemos la efectividad de nuestra praxis profesional si el futuro es abierto e impredecible? 
  • ¿Cómo nos aseguramos la participación y liberamos el potencial creativo del otro a quién pretendemos ayudar a cambiar?

“Estas cuestiones son reflejo de un mundo que se caracteriza por la estabilidad y la inestabilidad, la predecibilidad y la impredecibilidad, la regularidad y la irregularidad, el desacuerdo y el consenso, la intención y la causalidad. En el mundo al que nos enfrentamos están entremezclados el orden y el desorden. Cuando tratamos de explicar lo que está ocurriendo y de diseñar acciones a partir de esas explicaciones, casi siempre abordamos la tarea desde la perspectiva del orden. Con ello ignoramos, desdeñamos o subestimamos la importancia del papel desempeñado por el desorden (1).


Una mujer que caminaba de noche por una calle muy oscura vio, al acercarse a la zona iluminada por una farola, a un hombre arrodillado que parecía buscar algo por el suelo: “¿Qué está buscando?”, le pregunto. “La llaves para entrar en mi piso que se me han perdido”, fue la respuesta. “Y dónde se le han perdido?”, volvió a preguntar ella. “Por allí”, contestó el hombre señalando hacia una zona oscura entre dos farolas. “Por qué las busca aquí, entonces?”, inquirió asombrada. “Porque hay más luz”, respondió desesperanzado el hombre (1).


“Tratamos de comprender y explicar la complejidad del mundo usando, a menudo, sólo uno de los modelos: la estabilidad, la cohesión, la coherencia y el equilibrio del orden. No estamos prestando suficiente atención a la naturaleza también irregular, desordenada y fortuita de la realidad. Y actuamos así porque es el paradigma de observación e intervención en el mudo que hemos recibido y nos resulta más fácil actuar desde lo conocido que desde lo desconocido. Nos resulta más fácil buscar en la luz que a tientas y en la oscuridad una explicación que se desarrolla a partir del desorden, la irregularidad, la impredecibilidad y el caos (1).

  • Es más fácil recoger información que darle circularidad: recoger para sí mismo satisface nuestra necesidad de tener, mientras que dar circularidad es cederle al otro la autoridad y el poder para utilitzar la información según sus necesidades (2). 
  • Es más fácil formular hipótesis que sumergirse en un proceso abierto e imprevisible con el otro: la hipótesis es una construcción del professional y para el profesional, y en el mejor de los casos también del otro y para el otro. Mientras que el proceso es el resultado de las interacciones entre el profesional y el otro, de ese suceder y acontecer imprevisible (2). 
  • Es más fácil comprender que activar: activar pretende la movilización de los recursos apagados y potenciales del otro, mientras que comprender nos sirve para diseñar nuestras accions, nuestros movimientos, en definitiva, nuestra  intervención (2). 
  • Es más fácil seguir nuestra propia pista que ayudar al otro a descubrir sus propias pistas, y seguirlas juntos: siguiendo mis pistas creo saber donde voy, dispongo de mis cartas de navegación y sé como utilizarlas, mientras que sus pistas no me son familiares, pueden provocarme confusión y no se a donde me llevan, ni si es el lugar donde yo quiero ir (2).

El mundo de la complejidad incorpora todas la posibilidades, es incluyente y parte de la disyuntiva “y/y” (esto y lo otro) en lugar de “o/o” (lo uno o lo otro). Tenemos que enfrentar, a su vez, tanto lo conocido como lo desconocido dando como resultado la tensión que provoca la crisis, y a veces el conflicto, y nos exige el cambio y nuevos aprendizajes en una dinámica que, si la aprovechamos, es fuente de creatividad para llegar a esa solución desconocida entre lo previsible e imprevisible (1).


"…amb tu m'aprenc i em desaprenc amb tu,
i aquest vaivé (…) és el que em du
fins al centre (…) del propi jo.

(…) amb tu contemplo l'horitzó llunyà,
i amb tu vaig i vinc de mi a mi mateix.
(…) mentre reprenc el goig de caminar (…)(3)"
 
Jordi Muner
Pedagog, mediador i psicoterpeuta familiar.
__________________
(1)     adaptació de Ralph D. Stacey ‘Gestión del caos. Estratégias empresariales dinámicas para un mundo impredecible’ Ediciones S, 1994, Barcelona
(2)     adaptació de Guy Ausloos ‘Las capacidades de la familia. Tiempo, caos y proceso’, Ed. Herder, 1998, Barcelona
(3)     adaptació de Miquel Martí i Pol 'Els bells camins', Edicions 62, Barcelona, 1991.

Llicència de Creative Commons
El canvi en un mateix com instrument de canvi de Jordi Muner està subjecta a una llicència de Reconeixement-NoComercial-CompartirIgual 3.0 No adaptada de Creative Commons