diumenge, 12 d’abril del 2015

f. Escala de relaciones familiares básicas (Linares, 1993)

[ÖLa Escala de relaciones familiares 
básicas (ERFB*), de Linares, J.L, (1993) está compuesta por 80 ítems, a los cuales los sujetos deben responder: verdadero o falso, que se distribuyen proporcionalmente en cada una de las 4 subescalas: (1) conyugalidad armoniosa, (2) conyugalidad disarmónica, (3) parentalidad primariamente conservada y (4) parentalidad primariamente deteriorada. 

Se basa en dos dimensiones: (1) conyugalidad: lo refiere como el acuerdo negociado entre la pareja, que implica reciprocidad cognitiva (reconocimiento y valoración), emocional (cariño y ternura) y pragmática (deseo y sexo, entre otros), a un nivel de mutualidad que exige el intercambio (dar y recibir equilibradamente); (2) parentalidad: se fundamenta en la relación complementaria de los padres hacia los hijos basada en las funciones sociabilizantes mediante las cuales los padres controlan el contacto de sus hijos con la sociedad en un doble sentido: ayudándoles a defenderse de las agresiones del entorno (funciones protectoras) y orientándolos sobre cómo tratar a los otros (funciones normativas) [1], y las funciones nutricias mediante las cuales los padres proporcionan a sus hijos nutrición emocional: reconocimiento, amor y valoración.

La escala presenta la conyugalidad y la parentalidad como dos dimensiones continuas entre dos polos ideales de máxima positividad y máxima negatividad, y con dos valores discriminantes para ello: Conyugalidad armoniosa: entendida como un grado razonable de consenso y de competencia en la resolución de los conflictos conyugales, que excluye la presencia del conflicto activo y operante; Conyugalidad disarmónica: pone de manifiesto la existencia de un conflicto conyugal activo y operante, no reducible con los recursos relacionales de la pareja [2]Parentalidad primariamente conservada: refleja un interés directo de los padres para satisfacer y cubrir las necesidades de sus hijos: cognitivas, emocionales y pragmáticas. Parentalidad primariamente deteriorada: los hijos no son el centro de atención de los padres, los cuales están más centrados en satisfacer sus propias necesidades sean estas individuales o conyugales.

El cruce de las dos dimensiones dará origen a un modelo en el que se representan trastornos psiquiátricos (figura 1), pero también se revela útil para representar el maltrato psicológico infantil (figuras 2 i 3).




Próximas publicaciones
Escalas de evaluación familiar global
g. Escala de evaluación global de la actividad relacional (EEGAR, DSM-IV, 1994)
h. Escala de satisfacción familiar por adjetivos (Barraca y Lopez-Yart, 1997)
Escalas de evaluación familiar dimensional
i. Dyadic ajustement scale (Spanier, 1976)
j. Child Well-Being Scales (Magura y Moses, 1986)
k. Cuestionario de aserción en la pareja (Carrasco, 1996)


* Esta escala persigue una valoración global de la familia en diferentes dimensiones o aspectos.


[1] Linares, J.L. Identidad y narrativa. La terapia familiar en la práctica clínica. Ed. Paidós, Barcelona, 1996, pág. 76.
[2] Linares, J.L. Del abuso y otros desmanes. El maltrato familiar, entre la terapia y el control. Ed. Paidós, Barcelona, 2002, pág. 29





Jordi Muner
Pedagog, mediador i psicoterpeuta familiar