dilluns, 9 de gener del 2012

Análisis del conflicto según Ramón Alzate


[Ö] Aquest post conté un resum del què Ramón Alzate proposa per a l'Anàlisis del conflicte en el seu llibre 'Análisis y resolución de conflictos. Una perspectiva psicològica', Ed. Universidad del País Vasco, Bilbao, 1998. Pàg. 42-48. En la part final hi hem afegit la nostra proposta per a l'Exploració del conflicte interpersonal.


El conflicto, frecuentemente, suele aparecer como un proceso excesivamente complejo y difícil de manejar. Pero si nos fijamos, independientemente de su complejidad, una vez comenzado un conflicto suele manifestar ciertos rasgos. En conjunto forman una estructura que lo definen. Esta estructura es relativamente simple y está compuesta por la interacción de tres elementos: personas, proceso y problema (figura 1). Cualquiera de estos elementos, o una combinación de ellos, puede ser la causa del conflicto, y en cualquier caso, siempre estarán presentes en el desarrollo y resultado de una disputa. Analicemos cada uno de ellos con más detalle.


Figura 1. Estructura del conflicto (Lederach, 1989)



Las personas
Este elemento de la estructura del conflicto incluye tanto a las personas implicadas en el conflicto, ¿quién está involucrado?, como a los elementos psicológicos tales como los sentimientos, emociones, autoestima, percepciones individuales, y conceptualización del problema y personas, por parte de los implicados en el conflicto.

La primera tarea al analizar un conflicto sería, pues, el comprender la magnitud del problema. ¿Quién está involucrado?, ¿qué papel tiene?, ¿cuánta influencia tiene? En algunos conflictos interpersonales, sólo habrá dos personas implicadas, pero en la mayoría de ellos, siempre habrá otras personas que aunque no estén directamente involucradas, pueden influenciar la dirección y el resultado del proceso. Por otra parte, la mayor parte de los conflictos sociales implican la participación de múltiples personas y grupos, incluso si en su origen sólo hubo problema entre dos.

En segundo lugar, debemos dirigir nuestra mirada hacia los aspectos más estrictamente psicológicos. Debemos tener en cuenta que cada persona involucrada en un conflicto tiene valores, intereses, necesidades, y una perspectiva sobre el problema que motivan y encauzan sus acciones. Además, su perspectiva se forma de acuerdo a como le afectó lo sucedido; cuando se explica la propia perspectiva, siempre se mezclan los sentimientos con los hechos.

Teniendo en cuenta lo anterior, al analizar todo conflicto deberíamos tener en cuenta lo siguiente (Lederach y Chupp, 1995):

A. Identificar los grupos y las personas involucradas.
1.       ¿Quiénes está directamente implicados?
2.       ¿Quiénes están indirectamente implicados, pero tienen interés o pueden influenciar el resultado?
3.       ¿Qué tipo de liderazgo siguen?
4.       ¿Qué bases de influencia y poder tiene cada uno sobre los demás?, ¿es una relación de iguales o existe la desigualdad?,¿en qué forma?
5.       Existen ahora o pueden existir, coaliciones entre los grupos?, ¿entre quiénes?, ¿por qué?

B. Percepción del problema.
1.       ¿De qué manera perciben el problema?, ¿cómo lo describen?
2.       ¿Cómo les ha afectado?
3.       ¿Qué sentimientos sobresalen?, ¿en qué nivel de intensidad?
4.       ¿Qué soluciones (posturas) sugieren?, ¿qué necesidades e intereses representan?
5.       ¿Cuáles son las diferencias de percepción?
6.       ¿De qué manera puede replantearse, para mejorar la percepción?


Si pretendemos intervenir para facilitar la resolución del conflicto, además de ser conscientes y  analizar el papel de este componente (personas) en la estructura general de la disputa a la que nos estamos enfrentando, deberemos:
  1. Promover la comprensión y elicitación de las emociones.
  2. Facilitar el reconocimiento de las necesidades humanas, de manera que esos sentimientos se puedan explicar, justificar y, finalmente, desahogar.
  3. Tomarse el tiempo necesario para escuchar, y mostrar respeto por la dignidad básica de todas las personas como seres humanos.
  4. Apoyar, no amenazar, la autoestima.
  5. Profundizar en las percepciones y conceptualizaciones de la situación y de los otros.
  6. Ayudar a identificar cómo el comportamiento de los otros, y la situación en general, les ha afectado.


EL Proceso
El proceso es la manera en que el conflicto se desarrolla y como la gente trata de resolverlo, para bien o para mal. Pero, fundamentalmente, se refiere al modo en como se toman las decisiones y como la gente se siente sobre ello. Con frecuencia pasamos por alto el proceso de toma de decisiones como causa clave de muchos conflictos; sin embargo, en muchas ocasiones, es precisamente en este proceso donde surgen los  esentimientos, sentimientos de ser tratado injustamente, y una sensación de indefensión. La gente que se siente excluida o que percibe que no puede influir sobre decisiones que afectan su propia vida, cooperará o apoyará dichas decisiones en raras ocasiones. Probablemente no se opondrá abiertamente a tales decisiones, pero, en cualquier caso, la relación se verá afectada de modo subrepticio e indirecto.

En todo este proceso es importante analizar, también, los medios de comunicación, así como la dinámica de intensificación (escalada) que habitualmente se produce. A medida que el conflicto se identifica, la comunicación suele empeorar, la gente tiende a apoyarse más en su postura y cada vez menos a escuchar al otro, es corriente que se recurra a estereotipar al adversario o a insultarle y, finalmente, las personas en conflicto casi siempre buscan a otros para apoyarse -cuando se tiene un problema con alguien, se habla de él en lugar de hablar con él-, con lo que se perpetúa la mala información, se crean estereotipos y se forman coaliciones que no llevan a nada más que a extremar el conflicto y dificultar su resolución.

Teniendo en cuenta todo lo anterior deberíamos analizar (Lederach y Chupp, 1995):

A. La dinámica del conflicto
.
      1. ¿Qué asunto (o asuntos) lo empezó o causó todo?
      2. Al intensificarse:
               -¿Qué otros problemas se añadieron?
               -¿Qué grado de polarización existe entre los grupos?
               -¿Qué actividades han aumentado el conflicto?
               -¿Cuáles son las influencias moderadoras?
B. La comunicación.
        1. ¿De qué manera se comunican?
        2. ¿Quién habla a quién, cuándo, cuánto y por qué?
        3. ¿Existen alteraciones entorno a la comunicación (estereotipos, mala información, rumores, etc...).
        4. ¿De qué manera podría mejorarse la comunicación?


El objetivo de nuestros intentos de transformar el conflicto será reforzar a la gente para que funcione como iguales, estructurar un proceso de toma de decisiones que implique a todos los afectados por las decisiones y que les haga sentirse confortable con dicho proceso, para lo cual deberemos:


  1. Poner de manifiesto los patrones de comunicación implicados en el proceso de toma de decisiones.
  2. Descubrir el sentir de la gente en torno al modo de tomar las decisiones.
  3. Entender el equilibrio o desequilibrio de poder de la relación.
  4. Desarrollar un proceso que parezca justo e incluya a todas las personas afectadas por las decisiones.


El problema

Hace referencia a las diferencias y asuntos que enfrentan a las personas. Los problemas pueden ser de distinto tipo, tal y como hemos visto en el círculo del conflicto -diferentes valores, diferentes puntos de vista sobre como tomar las decisiones, incompatibilidad de necesidades o intereses, diferencias en torno al uso y distribución de recursos limitados (tierra, dinero, tiempo), etc ... Frecuentemente, nos referimos a este aspecto como las raíces «reales» que causan el conflicto, con respecto a las cuales la gente tiende a desarrollar posiciones a las que se apega.

La comprensión de un conflicto se facilita si distinguimos entre los siguientes términos: asuntos, intereses, necesidades y posiciones. Los asuntos se refieren a las distintas áreas de discrepancia o incompatibilidad que se han de tratar para solucionar el problema, los intereses son los beneficios potenciales por alcanzar un objetivo particular, es decir, el por qué cada uno de los asuntos importa a las personas, las necesidades son lo indispensable, lo mínimo necesario para satisfacer a una persona en cuanto a los sustantivo, lo psicológico, y al proceso seguido para resolver el problema, las posiciones hacen referencia a los comportamientos y actitudes concretas adoptados para resolver el conflicto.

En relación a este elemento de la estructura del conflicto deberemos analizarlo conforme a los siguientes pasos (Lederach y Chupp, 1995):

A. Describir el meollo del conflicto.
       1. ¿Cuáles son los intereses, necesidades y valores de cada uno?
       2. ¿Qué es lo que le preocupa a cada uno?, ¿qué proponen para resolverlo?
       3. ¿Por qué les interesa esta solución en particular?
       4. ¿Cuáles son los intereses de cada uno?, ¿quién gana o pierde según las soluciones propuestas?
       5. ¿Cuáles son las necesidades humanas elementales que motivan a cada uno (seguridad, autoestima,    
           comida, posibilidad de trabajo, etc.?
       6. Para que estén satisfechos con un acuerdo: ¿cuáles de estas necesidades se tomarán en cuenta y 
           deberán figurar en la solución final?
       7. ¿Qué diferencia de valores existen y hasta que punto juegan un papel importante?

B. Hacer una lista de los puntos concretos para resolver:

       1. Problema global: ¿cuáles son los puntos que se deben resolver?
       2. ¿La manera de tomar decisiones es un problema?

C. Análisis de los recursos existentes que pueden regular las diferencias esenciales:

       1. ¿Qué factores limitan las acciones y posturas extremistas de cada uno?
       2. ¿Quiénes son las personas que pueden jugar un papel constructivo?
       3. ¿Cuáles son los objetivos alcanzables que todos pueden aceptar?
       4. ¿Cuáles son los intereses y necesidades que tienen en común o los que no son mutuamente exclusivos 
           y opuestos?
       5. ¿Qué propuestas están dispuestos a hacer?

En el intento de resolver un conflicto deberemos ayudar a identificar cuáles son las necesidades e intereses subyacentes y evitar centrarnos en discusiones sobre soluciones “posicionales”, para lo cual nuestros intentos irán dirigidos hacia:Clarificar las áreas de interés y los problemas específicos, separando las personas de los problemas.
  1. Clarificar las áreas de interés y los problemas específicos, separando las personas de los problemas.
  2. Descubrir las necesidades e intereses básicos subyacentes a los problemas.
  3. Identificar los principios y valores comunes.

Exploració del conflicte interpersonal
View more presentations from Jordi Muner

_____________________________________
Alzate Sáez de Heredia, Ramón 'Análisis y resolución de conflictos. Una perspectiva psicològica', Ed. Universidad del País Vasco, Bilbao, 1998. Pàg. 42-48
_____________________________________


Jordi Muner
Pedagog, mediador i psicoterpeuta familiar. 

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada